Películas

El adiós a los videoclubs, de lo que fueron a lo que son ahora

La rueda, la pólvora, la imprenta o la anestesia fueron grandes descubrimientos hechos por los humanos y que, en mayor o menor medida, aún hoy siguen vigentes. Son logros universales y permanentes que han mejorado la calidad de vida de la sociedad. Fueron grandes inventos que han dado paso a otros. De la rueda, por ejemplo, salieron primero los carros empujados por bueyes o caballos, los vehículos a motor y todo el transporte terrestre tanto de vehículos como de pasajeros.
La era tecnológica, sin embargo, se ha prodigado en inventos que maravillaron por su revolucionaria innovación y su gran funcionalidad, pero que, al cabo de unos pocos años, se mostraron como estrellas fugaces. Su tecnología se mostró obsoleta muy pronto.
Estamos hablando de casos como el del fax, los discos de vinilos, el casete, los reproductores de vídeo o los disquetes de tres pulgadas y media. En su día despuntaron por su capacidad para mejorar la vida de los individuos, pero que pronto se vieron superadas por otros inventos que siempre iban más allá.
Estos ejemplos nos sirven para ilustrar el auge extraordinario y la caída en picado del negocio de los videoclubs.
A principio de los ochenta no había barrio obrero ni distrito adinerado que no contase con media docena de ellos. Entrar en sus establecimientos y deambular por las estanterías tratando de escoger entre cientos, tal vez de miles de títulos de películas, y marcharnos a casa para disfrutar una noche de cine, palomitas y sofá. El cine abandonaba las grandes salas y se metía en casa por unos pocos euros.
Tuvieron un par de décadas de gloria. Se expandieron rápidamente por todas las ciudades y contaban con un público numeroso y fiel dispuesto a disfrutar de una buena historia sin salir de casa y a precios populares.

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Leia Organa, Beatrix Kiddo y otras protagonistas femeninas que rompieron estereotipos

Está claro que el poder femenino está de moda, y gracias al empoderamiento de muchas mujeres valientes, la sociedad por fin está viendo claro que la igualdad es necesaria, indispensable en todos los aspectos de la vida. Hasta ahora, el machismo había imperado en la mayoría de productos culturales, dejando a la mujer como un simple reclamo, como un florero, o en el mejor de los casos, como la damisela en apuros a la que el héroe debe rescatar. Sin embargo, hubo también algunas mujeres en el cine que demostraron ser diferentes, que tuvieron la valentía de enfrentarse ellas mismas a los problemas y que no necesitaban que nadie fuera a salvarlas.

Eran las primeras feministas, mujeres que demostraban a las demás que no había que esperar a ningún hombre, sino que en su interior estaba todo el poder necesario para llegar más lejos, para atreverse a dar el paso por sí mismas. Personajes que hicieron las delicias de todos, hombres y mujeres, y que marcaron un antes y después a la hora de concebir los papeles femeninos, dejando atrás a las pobres chicas sin capacidad de reacción y dando la bienvenida a mujeres fuertes y decididas que tomaban sus propias decisiones y conseguían aquello que se proponían.

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